lunes, 12 de octubre de 2009

La ventura de ser docente

Haciendo una lectura y análisis del texto: “El malestar docente” puedo compartirles que me identifico con el autor cuando menciona la forma en que el se inició en la enseñanza que prácticamente fue por ensayo y error y como él menciona nadie nos enseña a ser profesores.

Por otro lado me identifiqué con todos esos temores que se suscitan al entrar por primera vez en un aula de clase y no saber exactamente que es lo que se tiene que hacer, pues nos han dicho que se espera del profesor “ideal” pero lo que no nos han dicho como lograrlo; ya que no se trata únicamente de conocer teorías pedagógicas para enseñar sino que es algo más como: tener una comunicación adecuada con los alumnos, entender sus gestos, sus semblantes, aprender a negociar con ellos y sin olvidar que debemos ofrecerle la enseñanza de cualquier contenido al alumno como algo apetitoso, digno de ser digerido y engancharlo a nuestro terreno educativo del saber.

También comparto la postura del autor al expresar que la identidad profesional se logra al hacer una análisis de nuestra práctica docente, al buscar día con día nuevas formas de impartir el contenido de una materia; cuan indispensable es que el estado eterno de un profesor fuera la constante renovación pedagógica, una continua actualización en las diversas áreas del conocimiento, ya que a través de estas saldría de su propia rutina que le encierra semestre, tras semestre, clase tras clase.

Por último me pareció interesante la forma en que describe el autor a un maestro de humanidad pues creo yo, que debería ser la meta de nosotros como profesores “el ser el medio que ayude al alumno a comprenderse a sí mismos y a entender el mundo que les rodea y por supuesto a encontrar el valor humano de las lecciones o contenidos que impartimos durante clase”.

Haciendo una reflexión de todo lo antes mencionado creo importante subrayar que todos estos sucesos que en algún momento de nuestra labor como docentes nos han acontecido podemos combatirlos a través de: Una preparación integral en la formación de los profesores, sumergirnos cada día más en la practica de lo que enseñamos porque no podemos por ejemplo pedirles a los alumnos que lean o escriban si nosotros no lo hacemos, en pocas palabras que nuestra labor docente sea impregnar a los alumnos con aprendizajes significativos.

Por supuesto esta el hecho de que es una labor enorme pues no estamos acostumbrados a este tipo de aprendizaje y si este tipo de aprendizaje lo fomentáramos desde muy temprana edad se haría parte de nuestro estilo de aprendizaje, tal y como análogamente lo describe el autor Paulo Freire al enfatizar en su escrito “Cartas a quien pretende enseñar”

“Si nuestras escuelas, desde la más tierna edad de sus alumnos, se entregasen al trabajo de estimular en ellos el gusto por la lectura y la escritura, y ese gusto continuase siendo estimulado durante todo el tiempo de su escolaridad, posiblemente habría un número bastante menor de pos graduados hablando de su inseguridad o de su incapacidad para escribir. Si el estudiar no fuese para nosotros casi siempre una carga, si leer no fuese una obligación amarga que hay que cumplir, si por el contrario estudiar y leer fuesen fuente de alegría y placer, de la que surge también el conocimiento indispensable con el cual nos movemos mejor en el mundo, tendríamos índices que revelarían una mejor calidad en nuestra educación.

Saludos.

1 comentario:

  1. Georgina

    Te felicito, muy bonito blog.

    El mismo Freire sostenía que hay qu estar locamante sano o sanamente loco para poder cambiar el mundo, algo de eso debemos tener los docentes. ¿no lo crees?

    Saludos y nos seguimos...

    ResponderEliminar

Hola compañeros les invito a que visiten mi blob y hagan sus muy atinados comentarios.

Saludos. Gyna Lara.